La vitrificación de óvulos es una opción cada vez más demandada entre las mujeres que sobrepasan la treintena ya que es una forma de asegurarse su fertilidad.
Muchas mujeres cuando llegan a los 30 se plantean su deseo de tener hijos, pero se encuentran con que todavía no es el momento por cuestiones personales o profesionales. Por esta razón, deciden recurrir a la vitrificación (congelación) de óvulos. De esta forma conservan sus óvulos con la calidad y características que tenían en la edad joven y por tanto tienen mayor capacidad de fertilidad. Así, si deciden ser madres en años posteriores, aumentarán las probabilidades de embarazo y disminuirán los riesgos para el feto asociados a la edad de la madre (recordemos que cuanto más edad tiene la mujer más dificultades para lograr embarazo, los embarazos son de mayor riesgo y se incrementan la probabilidades de malformaciones fetales).
Sin embargo, desde Zygos venimos observando en los últimos tiempos una tendencia a vitrificación de óvulos cada vez más tarde, casi a los 40 años. Seguramente por desconocimiento de que existe esta posibilidad cuando las mujeres son jóvenes. De hecho, algunos estudios afirman que el 50% de las mujeres se plantean la vitrificación de óvulos entre los 35 y 40 años, edades ya muy tardías.
Como especialistas en fertilidad queremos recordar que no es aconsejable la vitrificación de los óvulos cuando la mujer se acerca a los 40, ya que se trata de óvulos con pocas posibilidades de ser fecundados posteriormente. Esto es debido a que a partir de los 35 años se produce un acusado descenso de la cantidad y calidad de los óvulos.
Un dato para la reflexión: En una mujer sana de menos de 35 años, las posibilidades de embarazo mensuales con un semen normal son aproximadamente del 20% y en una mujer de 40 años, del 5%. Por tanto, ¿de qué nos sirve intentar un embarazo con 45 años utilizando los óvulos de cuando teníamos 40?
En la práctica a partir de los 40 la mayor parte de embarazos con tratamientos de reproducción asistida se realizan con óvulos de donante ya que los óvulos propios apenas tienen capacidad fecundante.
En Zygos, por cuestiones éticas, cuando una mujer en torno a los 40 años solicita la vitrificación de óvulos desaconsejamos la técnica y realizamos un asesoramiento.
En palabras de la doctora María Graña, responsable de Zygos, para paliar esta tendencia a la vitrificación de óvulos tardía “es muy importante realizar campañas de divulgación y concienciación sobre la importancia de conocer la relación entre edad y fertilidad con el fin de que, en caso de que una mujer se decida por la vitrificación de óvulos, lo haga antes de los 35 años”.