Cuando una mujer busca un embarazo, uno de sus peores momentos es cuando aparece la menstruación, ya que es el signo evidente de que no se ha producido embarazo durante ese ciclo.
Sin embargo, existe lo que se conoce como “sangrado de implantación”, que es el sangrado que se produce cuando el embrión se adhiere a la pared del útero. Se puede llegar a confundir con la menstruación ya que ambos procesos tienen características similares por lo que es muy importante distinguir el sangrado de implantación de la menstruación.
Qué es el sangrado de implantación
Cuando un óvulo es fecundado por un espermatozoide, pasa por diversas fases durante los siguientes días, que se conocen como “cigoto” (primera célula fecundada), “mórula” (a las 72 horas) y “blastocito” (al quinto día de fecundación).
En el momento en el que el blastocito anida en el útero es cuando empezamos a hablar propiamente de “embrión”.
El sangrado de implantación se da al adherirse el embrión al endometrio (mucosa que recubre el útero). Este sangrado viene porque el blastocito despliega una serie de prolongaciones que le permitirán “agarrar” firmemente la pared del útero y así “enterrarse” en el endometrio para que el feto pueda desarrollarse y recibir nutrientes. En este proceso de anidación en el útero, se rompen pequeñas venas y arterias que irrigan el endometrio, de ahí el sangrado.
La implantación ocurre a los cinco o seis días de la fecundación. Por esta razón a veces se confunde con la menstruación.
A los catorce días tras la fecundación, el embrión ya está firmemente implantado.
Características del sangrado de implantación
El sangrado de implantación puede ser una simple gota de sangre o un flujo más abundante pero que no llega a la cantidad de sangre de una menstruación habitual. Tiene un color rojo oscuro o marrón y dura entre uno y dos días. Otros síntomas pueden ser sensibilidad en el pecho, malestar, cansancio, nauseas o aumento de la temperatura basal. Pero cuidado con estos últimos síntomas ya que también son los de la menstruación.
Para salir de dudas lo mejor es realizar una prueba de embarazo. En el caso de tratamientos de reproducción asistida es lo que denominamos la prueba “beta” (medición de la hormona de embarazo Beta hCG), que se hace a los catorce días de la inseminación artificial o la transferencia embrionaria, ya que es cuando el embrión se ha implantado con más seguridad.